Esta semana hablamos de los gravísimos efectos del consumo excesivo de ropa y de la industria de la moda rápida, que tiene tremendas consecuencias para el bienestar de las personas, los animales y el planeta. Miles de toneladas de ropa desechada se acumulan en países africanos y latinoamericanos, manchando su suelo, sus océanos y sus maravillas geológicas con vertederos de prendas que nunca podrán ser vendidas o donadas a la caridad.
El origen del problema
Toneladas de prendas no vendidas procedentes de Europa, Asia y Estados Unidos, muchas de ellas aún con etiquetas, son transportadas a las puertas de Puerto Tema en Ghana o al paraíso libre de impuestos del puerto de Iquique en Chile, para su reventa.
La ropa suele proceder de las tiendas de moda rápida y está fabricada con materiales baratos, a menudo químicos y sintéticos, lo que hace que el proceso de descomposición tarde hasta 200 años. Sólo en el Reino Unido se tiran más de 13 millones de prendas a la semana. Cabe añadir que no sólo se acaba desechando la ropa nueva, sino también la procedente del mercado de segunda mano. Debido a la enorme cantidad de ropa que se dona, las tiendas de caridad son incapaces de manejar, lo que hace que las donaciones acaben en la basura....que es el desierto de Atacama o en los suburbios de la capital de Ghana. Sólo alrededor del 50% de la ropa donada acaba en las tiendas de caridad, lo que significa que la ropa a la que a menudo esperamos dar una segunda vida... en realidad acaba siendo tirada.
La calidad extremadamente baja de la mayoría de las prendas desechadas, a menudo gravemente dañadas, hace imposible su reventa, ya que sólo las mejores piezas llegan a los mercados, que siguen luchando por adecuar la oferta a la demanda. Se calcula que no más del 40% de los artículos desechados se venden, y el 60% restante forma los enormes vertederos llenos de ropa.
África Occidental constituye uno de los mayores mercados de ropa de segunda mano, con 15 millones de prendas que llegan cada semana a la región, seguida de América Latina y Europa del Este, con países como Polonia o Ucrania. Los mayores vertederos de ropa se encuentran en Ghana, Gambia y Camerún, y pueden llegar a tener hasta 10 metros de altura, llegando algunos de ellos a las zonas residenciales.
"De las 180 chaquetas ligeras de verano, 85 piezas eran invendibles: cuellos anillados por el sudor, falta de botones y manchas de sangre en la manga".
Emmanuel Ajaab - Importador de ropa de Ghana.
Los informes de las organizaciones locales confirman que los vertederos de ropa se entierran en la arena o se someten a grandes quemas, ¡un episodio de quema en Ghana duró hasta 11 meses! La toxicidad de los materiales no biodegradables con los que se fabrican las prendas, así como los productos químicos utilizados para crear los estampados, contribuyen a la contaminación del aire, el suelo e incluso el agua de las zonas afectadas.
En Ghana, durante la estación de los monzones, las tormentas tropicales arrastran la ropa a la red de alcantarillas abiertas, lo que hace que los sistemas de drenaje se bloqueen, provocando las inundaciones y la contaminación. Además, las playas de la zona de Accra, la capital de Ghana, pueden verse inundadas con la ropa devuelta por el océano Atlántico, que viajó a través de las alcantarillas abiertas. Tanto las playas como el océano están visiblemente llenos de largas cadenas de ropa flotando o tiradas, enredadas en etiquetas y matando la vida marina.
¿Qué podemos hacer?
Comprar menos y detener el círculo destructivo del consumo excesivo es el cambio necesario que hay que hacer para detener o limitar las consecuencias negativas que trae la industria de la moda rápida. La producción mundial de ropa se ha duplicado en los últimos 15 años, por lo que está en nuestra mano, como consumidores, controlar nuestros impulsos de compra y tratar las donaciones de ropa como último recurso.
Recuerda que las probabilidades de que tu vestido acabe en un vertedero, son altas.
"Es fácil descartar las cosas que se llevan a los basureros o que enviamos a las tiendas de caridad, pero todo va a parar a algún sitio, y ese sitio puede ser el medio del desierto de Atacama". - Carry Somers - Activista de Fashion Revolution
Autor: Agata Parylak